Hay varias
lecciones que son parte integral de la experiencia de plantar y cosechar
1. Planta
ahora, cosecha después: No existe un plan “disfruta ahora y paga
después”, si quieres que algo crezca con un sentido verdadero en tu vida,
primero tienes que trabajar y luego cosechar los beneficios.
2. Si plantas maíz, maíz es lo que crece:
Nuestro Creador dotó al mundo con un
claro e inequívoco mandato: Recibirás lo que plantes, es decir, lo que
plantemos, pensamientos, acciones, y hechos, fructificarán
proporcionalmente. “Malos pensamientos
nos llevarán a malas acciones y buenos pensamientos nos llevarán a buenas
acciones”.
3. Vigila tu campo: Ni el mejor
granjero puede plantar, irse de vacaciones y esperar encontrar una buena
producción, tenemos que cuidar constantemente de no dejar que nuestro tiempo de
estudio, nuestros buenos hábitos, y nuestras cualidades positivas, se pierdan.
4. El
crecimiento requiere de paciencia: Si tratamos de quitar la tierra
alrededor de la semilla para ver cómo está creciendo, se arruinaría. El crecimiento es un proceso que paso a paso
se va incrementando y necesitamos tener paciencia para ver los resultados de
nuestro esfuerzo.
5. El pago que recibirás será diez veces
mayor: Una de las bendiciones de Nuestro Creador, es que por cada semilla que plantemos, cosecharemos
miles de frutos más, lo mismo se aplica a nuestras acciones, los frutos que
recibamos no son proporcionales, en cantidad a nuestros esfuerzos.
6.Necesitamos
la ayuda de nuestro Creador:
debemos estar conscientes de que todo el resultado del esfuerzo y
trabajo que realizamos depende de nuestro Creador.
Tomado del Libro Plegarias para la Mujer “Yekará Hi Mipeninim”, Editorial Noam
Impresiones, 6ta.
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